Reducción de mamas en Pamplona

La reducción mamaria, llamada también mamoplastia de reducción, es una operación indicada para reducir el tamaño y mejorar la forma de las mamas excesivamente grandes. También alivia molestias físicas, tales como dolores en el cuello, hombros o espalda, o limitaciones de las actividades físicas producidas por el peso mamario. Algunas pacientes, con mamas de gran tamaño, presentan signos de irritación cutánea debajo de las mismas por el roce de la piel, o en la piel de los hombros por el roce del sujetador. La operación está indicada también cuando es necesario reducir la mama contralateral en la reconstrucción mamaria tras mastectomía.
La planificación adecuada antes de la operación es fundamental, incluyendo un estudio anatómico detallado de las mamas. Se considerarán aspectos estéticos diversos, como el tamaño, forma, caída y consistencia de las mamas; tamaño y localización de las areolas y pezones; distancia entre las areolas-pezones y los surcos submamarios; calidad de la piel (pérdida de elasticidad, presencia de estrías); asimetrías del tamaño, forma y caída de las mamas, o de la altura de los pezones; y medidas de la pared torácica. Se considerarán también la estatura, peso y constitución general de la mujer. Con este estudio preoperatorio, individualizado para cada paciente, se recomendará la técnica de reducción mamaria más adecuada.
La realización de una mamografía y/o ecografía mamaria antes de la operación es conveniente, para detectar cualquier anomalía existente en las mamas, así como para disponer de una referencia con la que comparar los controles postoperatorios.
La técnica de reducción dependerá, entre otros factores, de las características de las mamas, del grado de reducción necesario, y de los requerimientos individuales de la paciente. Se pueden emplear diversas técnicas, que tienen en común la extirpación de piel, grasa y glándula excesivas; reducción del tamaño de las areolas si son demasiado grandes; elevación de las areolas y pezones sobre una porción de tejido o colgajo dermograso bien vascularizado hasta una altura adecuada; y remodelación del tejido preservado para lograr una forma que sea natural y satisfactoria estéticamente.
Las incisiones quirúrgicas siguen un patrón que es diseñado antes de la intervención. Se intenta que sean lo más cortas posibles, aunque su longitud dependerá del tamaño y forma de las mamas, así como del grado de reducción necesario. En gran número de casos, con exceso de tamaño moderado, se pueden emplear técnicas que dejan cicatrices cortas y poco apreciables, como la mamoplastia reductiva vertical, en la que sólo quedarían una cicatriz alrededor de la areola y otra vertical. En mamas de gran tamaño, con caída destacable, se emplean habitualmente técnicas con un patrón en “T” invertida, que deja tres cicatrices: alrededor de la areola; vertical; y horizontal submamaria. En estos casos se procura acortar la incisión horizontal lo máximo posible.
La intervención se realiza bajo anestesia general y suele durar alrededor de tres horas, requiriendo generalmente de ingreso hospitalario de una noche. Tras la operación se aplica un vendaje, que a los pocos días es cambiado por un sujetador elástico. Las molestias suelen ser de corta duración, controlables mediante analgésicos adecuados y otras medidas. La actividad laboral sedentaria puede reanudarse en pocos días, mientras que actividades laborales o deportivas intensas deben demorarse al menos un mes.